Conforme pasan los años nos damos cuenta de la veracidad de aquella frase de nuestros padres “el tiempo siempre te pasa la factura”, que cuando somos jóvenes nos atosiga y acompaña en cada desvelada, perforación, tatuaje, insolada y demás malpasadas que solemos ponernos cuando estamos por allá en lo que después se convertirá en “nuestros años mozos”. Muchas malas costumbres que tenemos en la juventud están acelerando nuestro paso a la vejez sin que nos enteremos.

La piel de naranja o celulitis es un mal que aqueja a un sinnúmero de hombres y mujeres, siendo más frecuente en las féminas debido a cuestiones hormonales, al embarazo, al aumento de peso o a la genética; si le preguntamos a las mujeres sobre una de sus molestias corporales, probablemente una de ellas sea la celulitis, que aparece en muslos, glúteos, abdomen y algunas veces en los brazos, haciéndonos sentir muy incómodas con nuestra figura. Sin embargo, no todo está perdido; los avances tecnológicos en estética han permitido la creación de métodos como la presoterapia para acabar con la celulitis, y de paso con otras molestias.

Las arrugas son la mayor evidencia de que el tiempo no pasa en vano.

A pesar de que las arrugas no necesariamente son por consecuencia de la edad siempre se les relaciona con la vejez y la pérdida de la belleza juvenil. En este post hablaremos sobre un tratamiento para detener este proceso llamado peeling o peeling químico.

Muchas mujeres piensan que para lograr la belleza plena, es necesario que todos sus rasgos faciales sean perfectos, no debe haber ningún vello de más, ningún barrito o espinilla que se asome, ninguna arruga, ninguna ojera, etc., solamente teniendo un rostro libre de imperfecciones es que logran sentirse cómodas para salir a la calle.